Avances científicos en sorgo: Identifican el origen genético de un grave problema
21/07/2025
El sorgo, cereal que crece en importancia en la Argentina por su versatilidad y demanda internacional, especialmente desde China, enfrenta desde hace décadas un problema crítico: el brotado precosecha, fenómeno que puede reducir hasta un 30 % los rendimientos al provocar la germinación de los granos en la planta antes de la cosecha.
Pero un equipo de investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y del CONICET dio un paso clave para resolver este obstáculo. Identificaron la región del ADN vinculada a la baja dormición de las semillas, la causa genética del brotado, y lograron generar plantas de sorgo resistentes a este fenómeno. El logro se inscribe dentro de una línea de trabajo que lleva décadas de estudio y se concretó gracias al trabajo conjunto con la empresa Advanta Semillas, que aportó recursos para investigaciones de alta complejidad.
"El sorgo tiene mucha historia en la Pampa Húmeda como cultivo forrajero y ahora también crece como cultivo granífero por la demanda china", explicó Roberto Benech Arnold, docente de Cultivos Industriales de la FAUBA. Según el especialista, el brotado precosecha ocurre por factores ambientales y genéticos. En zonas productoras como la Argentina, lluvias y humedad elevadas previas a la cosecha favorecen este problema, que se agrava porque los granos han perdido su capacidad natural de dormición.
Esa pérdida no fue casual. En los años 60, en Texas, el sorgo fue modificado genéticamente para adaptarlo a climas templados, reducir su altura y evitar el vuelco por viento. Sin embargo, al incorporar genes de plantas enanas, también se introdujo sin saberlo la baja dormición de los granos, lo que abrió la puerta al brotado en condiciones húmedas como las argentinas.
El hallazgo: cromosoma 9 bajo la lupa
El equipo de Benech Arnold analizó dos genéticas ampliamente utilizadas en híbridos comerciales y detectó la región del cromosoma 9 responsable de la baja dormición. "Pudimos separar el efecto genético de la altura del de la dormición, algo clave para generar nuevas líneas que sean bajas y resistentes al brotado", explicó el investigador del CONICET.
Este descubrimiento también reveló una coincidencia significativa: en la misma región del cromosoma 9 donde está el gen que regula la dormición, también se ubica el gen que controla la altura de la planta, según estudios dirigidos por Verónica Rodríguez, también docente de la FAUBA e investigadora del CONICET.
"Lo que parecía una solución técnica en los '60 redujo la diversidad genética del sorgo. Hoy eso limita la posibilidad de mejorarlo en otros aspectos", apuntó Benech Arnold.
El avance se logró gracias a la articulación entre ciencia pública y empresas privadas. La compañía Advanta Semillas colaboró con recursos clave para desarrollar los análisis genómicos y estudios de largo plazo.
"Trabajar en genética es costoso y requiere de mucho tiempo y recursos. Sin ese apoyo no hubiéramos podido avanzar", sostuvo Benech. Además, destacó que los productores se verán directamente beneficiados, al contar con materiales que resisten mejor condiciones adversas y minimizan pérdidas de rendimiento.
Con más de 30 años de estudios sobre la dormición en cereales, el grupo de la FAUBA y el CONICET consolida un avance que puede marcar un antes y un después en el cultivo de sorgo.
Fuente: Agritotal
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